Historias tras el Cóctel Martini
Famoso por tiempo inmemorable, el Martini es el trago más glamuroso, chic, versátil y sensual de todos, con una historia tan interesante como sus variaciones que inspiran a beberlo en compañía.
Martini: Leyendas embriagadoras
Es bueno descubrir historias detrás de los nombres de los cócteles y así ‘beber’ la inspiración de quien creó un elixir. En el caso del Martini, hay varias versiones de su origen y fecha de inicio.
Algunos enólogos, como el peruano Jaime Ariansen Céspedes, dicen que el primer experimento comenzó en Holanda en el año 1500 para crear una bebida medicinal compuesta de enebro y el zumo de bayas destiladas, maceradas en aguardiente. La llamaron ‘ginebra’ y tuvo muy buena aceptación.
Otras teorías lo ubican en Italia, donde se mezcló ginebra con vermú, e Inglaterra, donde dicen adoptó su nombre del rifle Martini & Henry usado por el ejército británico, que daba un disparo seco, limpio y certero como el trago.
En América, varias ciudades de Estados Unidos se disputan su paternidad. Por ejemplo, a principios del Siglo XX en Nueva York, un barman de apellido Martini que trabajaba en el hotel Knickerbrocker, inventó la mezcla para ofrecer a sus clientes un aperitivo seco. Mezcló mitad de ginebra y mitad de vermú con unas gotas de naranja; enfrió su fórmula y la sirvió en una copa triangular helada, que con el tiempo derivaría en la imagen con la aceituna.
Otra leyenda data de fines del Siglo XIX en la ciudad de Martínez, California, donde un rico minero ofreció una recompensa de oro al bar de Julio Richelieu a cambio de un estupendo cóctel. El minero eligió como ganadora a una mezcla de 3 partes de gin y una de vermú rojo con una aceituna adentro, y la bautizó ‘Martínez’ en honor a la ciudad, que en ese entonces era un pueblo.
San Francisco no se queda atrás. Hace muchos años un barman acostumbraba poner a sus tragos un nombre relacionado con el cliente para quien lo había preparado. Un día una persona salió muy contenta por una mezcla de ginebra con vermú que el cantinero le había preparado. Este no sabía su nombre pero sí que se dirigía al pueblo californiano de Martínez, así que bautizó su trago como ‘Martínez’, que en inglés suena como marteenee. Cada primavera, los habitantes de la bahía de San Francisco festejan en honor a su ‘Dry Martini’.
Además, este cóctel ha sido -y es- tan popular que tuvo sus adeptos en el mundo del entretenimiento, de las artes y la polìtica.
Dean Martin. Este actor, cuyo verdadero nombre era Paul Dino Crocetti, formó la exitosa dupla con el cómico Jerry Lewis durante las décadas del 50 y 60 en Las Vegas. Tuvieron tanto éxito que los diseñadores de imagen sugirieron ponerle una copa de Martini en su mano, que además le iba perfecto con su nombre artístico. Ese cóctel y el cigarro fueron su marca registrada.
James Bond. El seductor espía de ficción creado por Ian Fleming no pierde ocasión para pedir su trago predilecto en casi todas las películas, más aún si la que lo sirve es una hermosa azafata, como en el filme ‘Another Day to Die’.
Franklin D. Roosvelt. El ex presidente de los Estados Unidos (1933-1945) derogó la ley seca en 1933 y salió a brindar públicamente con un Martini. Se dice que a veces le agregaba un poco de anís o jugo de naranja.
Ernest Hemingway. Al célebre escritor y periodista le gustaba que su Martini tuviera 15 medidas de gin por una de vermú. Lo llamaba ‘Montgomery’, en alusión al militar británico aliado durante la Segunda Guerra Mundial, de quien se decía no entraba en combate si su ventaja no era de quince a uno respecto al enemigo.
Samantha Jones, de Sex and the City. El personaje sexy y deshinibido de la famosa serie, encarnado por la actriz inglesa Kim Cattrall, le pregunta en un capítulo a su amiga Carrie: ¿Es Martini puro o tiene una mezcla? para saber si el hombre al que acababa de conocer era heterosexual o gay.
Fuente: Univision
muy buen texto!